Urtarrila 27, 2025

Veinte años no son nada… o sí; una mirada “no nostálgica” al sector fotovoltaico en 2006

Llevar casi 20 años en el sector fotovoltaico te da una cierta perspectiva de cómo ha sido la historia -aunque corta pero intensa- de este sector en España. Lo hablaba hace unos días con un colega de aquellos tiempos, que aunque parecen tan lejanos en la mente no lo son tanto en el número de años que han pasado.

La visión idealista del sector se chocó con la visión oportunista

Llevar casi 20 años en el sector fotovoltaico te da una cierta perspectiva de cómo ha sido la historia -aunque corta pero intensa- de este sector en España. Lo hablaba hace unos días con un colega de aquellos tiempos, que aunque parecen tan lejanos en la mente no lo son tanto en el número de años que han pasado.

Cuando empezamos a trabajar en este sector, con mucha ilusión y cierto idealismo, la energía solar era algo nuevo relativamente en la sociedad española y aunque había ya visionarios del negocio (también algunos espabilados) muchos  estábamos  mas cerca de una visión idealista y ecologista. Éramos pocos e íbamos un pasito por delante de la sensibilidad social de aquel momento. Para vender un proyecto había que argumentar mucho y bien;  sobre las ventajas de la energía solar, de la rentabilidad de la inversión rentable, de su fiabilidad…

Pero lo cierto es que enseguida conocimos el otro lado del sector; el más especulativo. Recuerdo que en la primera reunión a la que asistí en Madrid se me acercó un chico joven para ofrecernos el contacto del alcalde de un Ayuntamiento manchego para instalar un huerto solar. Según decía era pariente suyo y el negocio estaba hecho a cambio de una buena comisión. Nos quedamos de piedra  y nos pareció propio de una película de Berlanga. Hay que recordar que en aquellos momentos los bancos financiaban con entusiasmo e incluso  promocionaban huertos solares y parcelas como si fueran planes de pensiones. Así que fueron muchos los comisionistas e intermediarios que basados en las generosas  primas que daba el gobierno de aquel momento,  se enriquecieron y, porque no decirlo y, a mi juicio, en exceso.

Llegó la crisis y como se dice “cuando se hunde el barco las ratas (en sentido figurado por supuesto) son las primeras en abandonarlo” de forma que aquellos que venían del “ladrillo”, pasando de puntillas por la oportunidad fotovoltaica se fueron, seguramente  a buscar nuevos negocios y aires más rentables.

El gobierno no reguló a tiempo la legislación, se les fue de las manos y la crisis de aquel 2008, con el nuevo gobierno popular, remató el sector dificultando y prácticamente “prohibiendo” las  nuevas instalaciones.

El sector está hoy mucho más maduro, desarrollado y, sobre todo, profesionalizado

No tengo nostalgia de “tiempos pasados” en absoluto ya que hoy estamos muchísimo mejor. Afortunadamente ha cambiado mucho el sector, ha crecido, desarrollado, madurado y sobre todo se ha profesionalizado. Desde luego nada que ver con 2006. Como es lógico convivimos modelos de empresas con valores y visiones bien distintas, a veces incluso contrapuestas y antagónicas. En lo que todos estamos de acuerdo es que la energía solar es un paso adelante en el cambio de modelo energético y que es intrínsecamente buena para nuestro planeta… A partir de ahí y en muchas otras cuestiones es” otro cantar”. Cada empresa es el reflejo de formas de entender bien diferentes de una organización y del papel que debe de jugar en la sociedad. Y como pasa en la vida… cada uno se junta con los de su cuerda.

José Ignacio Mendoza Plaza
es Gerente de Ekienergy-Ekisolar